martes, 29 de julio de 2014

Nacer, vivir, evolucionar, brillar.

Cuando abandonemos los recuerdos porque cada momento no será mas que el eterno resplandor del presente, porque no habrá tiempo para inclinar la mirada hacia atrás, porque el propósito de elevarnos hacia al sol, de volver a ser brillantes, de regresar a lo que fuimos será lo único, y porque el fuego de la sabiduría de todas las vidas anteriores que hemos transcurrido hará de la muerte cenizas y transformará el carbón en diamante y la carne en espíritu.
Y cuando hayamos alcanzado la maestría en nuestras energías; volveremos a ser uno en un nuevo big bang, en una gran supernova cósmica, eligiendo ya aquella porción en el universo donde nos perpetuaremos como un astro, como una estrella, como uno de los dientes de la sonrisa de Dios.

Antonella Elizabeth Saez.

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