martes, 20 de mayo de 2014

La constante remembranza

-Te amo,
-Pero ¿De cuánto amor estamos hablando?.
No te atrevas porque s
i afirmas que se trata del absoluto, entonces me veré forzada a someternos a juicio...
Porque tendré que encargarme que ante el pronuncio del amor, también lleves subrepticio un sentimiento de odio;
Que cuando alegues a mi como lo mejor de tu vida, también me botes como la recóndita miseria que pauperiza tus días.
Que cuando exclames a viva garganta la belleza que inhalas cuando a mi te aproximas, también te convenzas que soy lo más hórrido que en esta orbe camina.
Tendré que probarte que cuando resaltas la sabiduría que mi espíritu ha acumulado con el paso de mi biografía; también veas en mi a la personalidad que de la ignorancia se fía.
Me aseguraré que cada vez que atines hacia mí un motivo para fabular admiración, a la par reluzcan un millón más pero para que me corones en el emporio de la humillación.
Comprobaré a raja tablas que cuando garantices la bondad que me engalana, también veas que soy lo más ruin que envenena tus ganas.
Porque solo cuando confirme que me amas
por lo inmaculado y por la peste de mi vanidad;

por lo diáfana y el afán de las tinieblas;
que me amas por lo dulcinea y lo tarasca;
por lo serena y lo marcial
por mis euforias y mis plegarias;
por la prudencia y la locura
por el abismo y la salvación;
Solo así me habré cerciorado que me amas en absoluto,
porque si me separas de lo peor, estarás faltando a una parte de mí,
a la única parte que te concederá la posibilidad de quebrantar los límites
en la verdadera travesía del amor. 



Introspección personal,(y quizás surrealista):
El amor, como cual energía en un punto de equilibrio, solo encuentra su verdadero desarrollo en un pantano de lodo...
Porque solo cuando conocemos el lado B de las personas y aún así las continuamos eligiendo entonces estamos hablando de lo que creemos que estamos hablando.



ANTONELLA E. SAEZ.

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